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Belleza

Limpieza facial, parte I: la clave de una piel radiante

La limpieza facial y el cuidado de la piel constituyen un hábito importante en nuestra vida diaria. Este hábito no sólo tiene como objetivo la eliminación de la suciedad e impurezas de la superficie cutánea, sino que pasa a tener un significado cosmético que va mas allá de lo higiénico.

Es fundamental e indispensable para que la piel luzca deslumbrante; es el paso previo que garantiza que los activos incorporados en La crema puedan llegar a las capas más profundas de la dermis. Es decir, si la piel está saturada de células muertas y los poros obstruidos, difícilmente los principios activos van a penetrar en nuestra piel.

¿Cuándo y cómo debo limpiar mi rostro?

Se recomienda la limpieza dos veces al día.
Por la mañana: ya que por la noche se incrementa la secreción de grasa, es fundamental eliminar  el exceso.
Por la noche: se debe retirar el maquillaje y partículas  de suciedad.

Para ello recomendamos la solución micelar. Se trata de una base acuosa compuesta por partículas denominadas micelas de ácidos grasos. Estos ácidos grasos poseen un polo lipófilo que atrae la grasa y un polo hidrófilo que atrapa el agua. En contacto con la piel retienen la grasa y suciedad y protegen la capa natural de la piel.

Se trata del producto perfecto para la limpieza facial, con solo un producto conseguimos una piel libre de impurezas y perfectamente limpia.
En un solo paso desmaquillan, tonifican y calman la piel; esa es su ventaja respecto a las leches limpiadoras, que precisan de más tiempo y más cantidad de productos para conseguir la higiene facial deseada.

Nuestra solución micelar contiene agua de uva, rica en  azúcares y oligoelementos (calcio y potasio), que proporcionan hidratación a la vez que disminuyen la sensibilidad cutánea. Nuestro activo de vino de la variedad bobal, con una concentración muy elevada de resveratrol y alfa hidroxiácidos, consiguen una piel más fina y turgente gracias al reemplazo progresivo del estrato superficial de la piel y su potente acción antioxidante.

La aplicación es muy sencilla: con la ayuda de un algodón o disco desmaquillante  impregnado, aplicar en la piel dando pequeños toques. No necesita aclarado.

En el siguiente post  hablaremos de la limpieza más profunda: la exfoliación.
Nos vemos pronto…
¡Gracias!